viernes, 2 de marzo de 2007

Hacer el amor con una sandalia

Comencé a sentir una atracción hacia los pies a los 9 años más o menos. En casa teníamos una sirvienta de 17 años que tenia unos pies morenos muy chicos y simpáticos. Ella solía usar sandalias de hule y debido a que ella caminaba mucho durante todo el día, estas se encontraban muy desgastadas. Sus chanclas viejas y usadas, tenían muy bien marcada marcada la forma de la planta de sus pies.

Un día, no se porque razón, me aproveché de su ausencia y decidí acercarme a su recámara. Sus sandalias mas viejas estaban a la mitad de el camino y quien sabe porque, me medí una de ellas para ver como se veía una chancla de mujer en mi pie.

La verdad, me gusto mucho sentir esa sensación y me excite mucho. En seguida, tome la otra sandalia y la puse cerca de mi nariz. Sentí un olor muy fuerte al pie de mi sirviente mezclado con el olor a hule, el material del cual están hechas estas chanclas. Esto me excito aun mas, y luego de unos minutos, decidí que mi pene sintiera un poco la sandalia sobre la cual mi sirvienta había caminado tanto tiempo.

Puse mi pene dentro de la chancla, como si este estuviera sustituyendo el piecito de mi sirvienta. Y me acosté boca abajo, haciendo presión hacia abajo y agarre aquella chancleta, como si fuera una mujer. Bastaron unos pocos movimientos para...

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