jueves, 1 de marzo de 2007

Acero y Placer

Cuando Alfredo entra en la habitación, ella está a cuatro patas sobre la alfombra negra. Las piernas bien separadas, así sus orificios están bien abiertos y disponibles. En general hay una larga serie de preliminares, a Alfredo le gusta recorrer con los labios la piel de Marcia, suave y cálida, y ella disfruta cuando él la toca. Pero ese día están los dos muy excitados, hace tiempo que no se ven. Ella tiene la concha hinchada, y bien mojada, y él estoy muy duro. Se arrodilla detrás de ella, la toma por la cintura, con las dos manos, y la penetra.

"MMmmm", gime Marcia suavemente mientras se introduce en ella.

El se sale y le da una palmada en las nalgas.

"Sabés bien cuales son tus obligaciones", le recuerda.

Una esclava está obligada a bramar casi como un animal cuando su amo la penetra, para que quede claro como goza cuando él la está haciendo suya.

La penetra otra vez, pero Marcia se queda casi en silencio. Parece que anda con ánimo rebelde.

Alfredo no puede permitir tamaña ofensa. Se para, y le ordena que se arrodille...

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