jueves, 1 de marzo de 2007

La sorpresa

Llegamos juntos. Nos deshacíamos en besos y risas, como siempre. Hacia tiempo que no nos veíamos y lo deseaba enormemente.

Tras cerrar la puerta de la habitación le cambió la voz, era el amo el que había entrado allí conmigo. No era brusca, todo lo contrario, muy suave y hasta dulce, pero la del amo. Me hizo caminar un poco y se puso detrás de mí. Intenté girarme buscando de nuevo su boca pero con un solo "NO" fue suficiente, ahora era su esclava. Debía obedecer todos los deseos de mi amo. "cierra los ojos"

Comenzó a acariciarme el pelo y el cuello, muy despacio. El cuello es mi punto débil, y enseguida comencé a jadear, me estaba poniendo muy caliente...

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